En vivo y en directo

Dice Anibal Ford* " difícil que una aldea, por pobre que sea, no tenga una parabólica que la conecte con la aldea mayor y no se entere del tiempo en Amsterdam, de la cotización del yen, de un festival de música country en Kentucky, o de las comodidades y accesorios de un BMW. Pero para soñar o relamerse. Porque lo cierto es que en este mundo tan avanzado e intercomunicado, y que nos sorprende tecnológicamente todos los días, un 20 por ciento de la población acapara el 80 por ciento de la mosca. Una brecha ( o un vacío) difícil de llenar"
Luego agrega " (...)durante una investigación ( en Brasil) la encuestadora le preguntó a un adolescente de una favela qué le gustaría ver en la Tv. La respuesta fue: Eu!!
Entonces me quedo pensando en que el primer párrafo es extremadamente real, y cruel...pero no le encuentro solución ( y si se la encuentro me enrosco entre la indignación y la impotencia). Y que en cambio sí puedo ayudar a que mis adolescentes ( los de mi escuela, los de mi barrio, los que sean) puedan apostar a algo más que soñar y relamerse solamente. Ayudarlos a ser críticos, a pensarse y asumirse como sujetos activos, como ciudadanos y no meros huéspedes de un hotel deficitario (como diría el entrañable Alejandro Dolina). Acompañarlos en este proceso de aprender que lo virtual no es lo real ( aunque a veces se crucen y parecieran mestizarse), que Gan Hermano no es la vida ( de uno, al menos) y que la vida es algo más que salir en televisión.

* Anibal Ford. Aldea cruel. página/30, año 4, nº 44, marzo 1994, Bs.As.

Dando los primeros pasos

Este blogg se inicia con trazos imprecisos...inmediatamente que comienzo a volcar aquí mis primeras palabras se me viene a la mente el primer renglón, de mi primer cuaderno en mi vieja escuela primaria. Recuerdo haber apretado el lápiz de tal forma que los palotes quedaron dibujados en varias hojas cual si hubiese usado papel carbónico, y que, en un intento, desde un comienzo condenado al fracaso , por borrar tamaña hazaña sólo logré un tremendo agujero que me miraba como un ojo acusador.

Así vuelvo a sentirme, treinta años después de aquel día memorable, intentando dar forma a un blogg por primera vez, máxime teniendo en cuenta que ya no será sólo mi maestra quien leea estos apuntes. Aunque debo reconocer que corro con ciertas ventajas que me ofrecen las nuevas tecnologías: borraré todo sin que se note, eligiré la letra que me parezca más bonita y, con miedo todavía al ojo acusador, publicaré mis aportes con la intención de contribuir al debate, la reflexión y el crecimiento, personal y de quien elija hacer un clic en este espacio.

Analía